Después de varios meses de estar ausentes en las escuelas, y un remoto regreso en pequeños grupos, los alumnos estarán presentes con sus docentes en dos o tres días a la semana. Este nuevo escenario escolar (que no de aprendizaje) representa un reto para los maestros sobre qué enseñar y cómo hacerlo. Si bien en los discursos de formación docente, considerar el contexto y diagnóstico del grupo para diseñar una estrategia es un elemento determinante. Con la pandemia, a varios docentes con ya años de experiencia, volvió refrescar su importancia, sobre todo cuando algunos tuvimos la oportunidad de conocer a fondo el hogar de los alumnos y las situaciones que representaba estar conectado en sesiones sincrónicas o bien "subiendo" tareas o actividades, con la intención de tener una calificación que por demás ya era aprobatoria.
Pero, ¿qué se debe enseñar? En México se ha dado la oportunidad que los docentes en colectivo seleccionen aquellos aprendizajes, ahora fundamentales, que no sólo sean significativos sino que les permita a los alumnos tomar decisiones y actuar de manera autónoma en sus entornos reales. A veces la sistematización o formatitis que obligan al docente realizar, provoca que estos aprendizajes no sean seleccionados.
Nos encontramos en un contexto que al paso del tiempo siempre será diferente (caracterizado por la incertidumbre) por tanto el docente en esas dos o tres sesiones que tenga a sus alumnos deberá elegir esos contenidos que le permitan generar puentes (cognitivos) para seguir aprendiendo. Se necesita que los alumnos no sólo se ajusten a una sociedad cambiante sino que tengan herramientas (construidas desde las escuelas) para transformarla. Inés Dussel da ciertos elementos de lo que debemos enseñar en este regreso y cómo concebir la escuela en este regreso.
Una crítica constante por parte de los especialistas hacia la construcción de los planes y programas de estudios es la gran cantidad de contenidos, hoy los docentes tienen la responsabilidad de elegir y diseñar experiencias de aprendizaje que permita a los alumnos crear herramientas cognitivas. Se trata entonces, de reinventar la clase como algo que ha difundido Mariana Maggio. Donde se aleja de la idea de cumplir un curriculum extenso y con sentido burocrático (el ejercicio de cumplimiento).
De regreso a casa la alumna llegó triste porque la maestra realizó un examen de los contenidos que se dieron en la escuela (dijo "no les voy a preguntar -cosas- que no estén en sus apuntes"); obtuvo una baja calificación porque no recordó qué era una sinalefa. Término que para la maestra, en este entorno de pandemia era importante que los alumnos aprendieran.
No le quito su importancia literaria, pero enseñarlo a través de un dictado (el apunte), un ejemplo y varios ejercicios en clase, a mi parecer no existe ningún sentido aprenderlo.
Luego se preguntan por qué la escuela no es interesante para los alumnos.
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