Hace un par de años escuchaba con atención a una catedrática universitaria señalando con énfasis el descuido de la reforma de educación normal de 1984, hacia los futuros docentes, desviándolos con áreas del conocimiento como la investigación-acción, de su función principal: enseñar. Además fue un buen tino, para la licenciatura de educación primaria, la visión del plan de 1997, retomar a la docencia como asunto central.
Como producto de la reforma del 84 debo anunciar que me he sentido con más fortalezas en mi formación (en la investigación del aula), incluso también en áreas de la docencia.
Recuerdo que teníamos una asignatura, eje central, denominada
Laboratorio de docencia, este término era precisamente porque como futuros docentes debíamos aprender sobre lo que estábamos haciendo, reflexionar, analizar y actuar. Nuestro centro era el alumno y su contexto, era entender un verdadero
laboratorio...
Ahora agradezco más ser alumno de esa generación (que siguen habiendo
estudiosos que la señala como fallida y descuidada de la docencia), porque resulta que todo el proceso de evaluación docente que está emprendiendo el INEE, tiene un gran referente con los autores de esa época: Schön, Kemmis, Apple, Carr, Stenhouse.
La evidencias, argumentos, informes van de la mano bajo esta perspectiva, incluso en la
bibliografía de las guías del CNSPD está
Schön como lectura obligada.
Debo concluir que, con la nueva revisión de estos autores nos hemos regresado a la década de los ochenta, y saber que mi generación (la del plan de educación normal 1984) sigue teniendo vigencia.