En este siglo XXI, un lugar común se ha vuelto colocar adjetivos a las planeaciones que realizan los docentes. Es probable que esas "etiquetas", que se difunden como nuevas, hacen énfasis en algún aspecto del diseño, ejecución o reflexión sobre la planeación. Por ejemplo, y con el ánimo de no reducir la metodología existente atrás de cada adjetivo, existe una planeación auténtica (resaltando la idea de planear considerando la realidad y la pertinencia de la misma), o la planeación argumentada (que apostaba a la reflexión sobre lo que el docente diseña y ejecuta); también se habla de una planeación situada o auténtica (que busca entre muchas cosas la relevancia en el diseño); en fin la lista es más o menos larga. Ahora, nuevamente, en la política del gobierno, los docentes se disponen por aprender una nueva propuesta metodológica que atienda la inclusión (NEM). Sin embargo, al paso de los últimos años y tomando en cuenta cada una de las propuestas, siempre se regresa a la raíz de lo que se llama una planeación del docente. Pero mientras sea una u otra, lo que se requiere además es que el docente emprenda el camino de aprendizaje ante un nuevo modelo de planeación; parte de su profesionalización que debe tener el docente como condición para planear didácticamente (independientemente del nivel).
Lejos de encasillar una planeación didáctica con énfasis en la inclusión, es importante señalar que hay elementos que pueden distinguirla de los demás tipos de planeaciones mencionados.
a. Al inicio, los alumnos deben atender el propósito de la clase, para ello debe ser entendible para todos (habrá que cuidar el lenguaje); y que se pueda lograr en el tiempo asignado.
b. Iniciar con una lluvia de ideas (que genere ideas y no recuerdos, -que todos puedan participar-).
c. Para genera el conflicto cognitivo debe construirse adecuadamente la pregunta (-que se aleje de la respuesta esperada por el docente-)
d. La gran mayoría deben ser actividades de equipo o mejor dicho colaborativas (no actividades individuales aisladas).
e. Es recomendable iniciar con una problematización (una situación didáctica) que genere una expectativa en los alumnos; que el problema motive a los alumnos a resolverlo; y sobre todo, que todos los alumnos estén incluidos al resolverla (por tanto, no es una actividad diseñada para la mayoría)
f. La salida de la clase (-no cierre-), no debe sólo centrarse en recuperar lo aprendido, sino generar más preguntas.
g. La evaluación que se emplee debe tener otro enfoque, y que concluya con la toma de decisiones tanto del docente como de los alumnos. Además, la evaluación que se aplique debe servir para que los estudiantes aprendan (no para reprimirlos o etiquetarlos)
h. Las planeaciones didácticas deben ser construcciones colectivas, al menos con el par de grado.
Estos y otros aspectos serán determinantes para la hora de la planeación didáctica.