Hace unos años Juan Delval escribió un texto titulado "La escuela para el siglo XXI" donde señalaba ciertos fines pendientes de la misma, uno de ellos es la Felicidad. Pero, en lo cotidiano, ¿el docente está consciente para lograr este fin? La felicidad va de la mano con otro fin que es la autonomía. Ser autónomos nos hace ser felices. Un niño que logra leer el letrero de un transporte público o los subtítulos de una película lo es.
Cada año, las escuelas diseñan, organizan, planean todas las actividades a realizar durante el ciclo escolar; éstas se justifican a través de un diagnóstico grupal e institucional. Los docentes, directores y supervisores, como si fuera una tertulia, sugieren acciones para implementarlas, buscan responsables, tiempo, recursos entre otras (aunque en ocasiones por falta de tiempo -u organización- son las direcciones escolares quienes terminan la planeación).
No es la primera vez que se señala al alumno como el centro de todo el sistema educativo; la política, con diversas estrategias (verticales, horizontales, entre pares) desde entonces, señala que lo importante es el aprendizaje del alumno. La meta es más que clara: El alumno "tiene que aprender". Todavía no reconocemos que no se aprende memorizando toda la información posible, sino el alumno que aprende es aquél que sabe usar esa información.
Hace poco, afuera de un plantel, en los puestos de venta, llegó un niño de quinto o sexto grado de primaria (11 ó 12 años) con un billete de 20 pesos al puesto de las galletas (2 pesos cada una, por cierto), sin saber cuánto podía comprar. Feliz no estaba, más bien temeroso y angustiado, por eso le dijo al vendedor enseñándole el billete, "¿para cuánto me alcanza?"
Si todas las actividades que hacemos en el salón de clases, las ferias de matemáticas, del libro, exposiciones, salidas escolares, nuevos programas, infraestructura , etcétera; no logran que un alumno pueda decidir cuántas galletas comprar, algo nos falta por hacer, o no lo estamos haciendo bien. Debemos implementar en las escuelas acciones que sean puntuales y lograr que los alumnos sean felices y autónomos para que tomen decisiones en su vida cotidiana.
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