¿Tres actos? Primer acto. En la década de los ochenta, en la ciudad de México existió un bachillerato (sui generis, por cierto) denominado pedagógico, no eran estudios terminales; se pretendía que, quienes lo cursaran ingresaran a alguna licenciatura de educación básica. Ahí recuerdo, escuchar a los profesores exponer el debate que existía entre los universitarios y los normalistas (aquéllos que estudiaban para ser profesores), con la idea de no distraernos e irnos a la uiversidad, si es que pretendíamos ser profesores. Al paso de los años, concluí que era sólo una discusión para matar el tiempo.
Segundo acto. Este año escuché a un coordinador de un Centro de Maestros de México, con cierta molestia, de que ahora la formación docente estaría a cargo de las universidades y que los investigadores, tendrían una visión miope de lo que sucede en realidad en las escuelas, para indagar las necesidades de la práctica docente...
Tercer acto. En México, se está trabajando para una Reforma Integral de Educación Básica (RIEB), que iniciará en el 2012. Para ello, se han implementado diversas estrategias de acción, algunas señaladas en el Programa Sectorial de Educación (2007-2012), otras en el acuerdo (Alianza) entre las autoridades educativas federales y estatales, y el sindicato del magisterio. Casi todas las estrategias son realmente bondadosas para mejorar la calidad educativa. Sin embargo, sólo se ven bien en el papel...
¿Cuarto acto? Una de las estrategias de la Reforma fue el sonado diplomado para los docentes, donde lo destacable (e inédito) fue la participación directa en la elaboración del diplomado por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Así es, la considerada máxima casa de estudios en México elaboró el diplomado para impartir a los docentes de educación básica, que muy pocas veces tiene acercamiento a los investigadores. El Diplomado se estructuró en tres módulos, al principio todo bien, se impartió el primero al poco tiempo el segundo y ... ¿el tercero? Según, nuestro coordinador del Centro de Maestros del segundo acto, mencionaba que la UNAM no quiso continuar trabajando con la Subsecretaría de Educación Básica, SEB (¿motivos?); lo interesante es que el diplomado que diseñó tenía derechos de autor; así que o lo autorizaba la UNAM o no se impartía... por lo que el tercer módulo tuvo que esperar... Este verano, de receso escolar, se impartió. Los docentes que lograron cursar los tres módulos obtendrían un diploma por la UNAM (¿credencialismo?) Lo interesante (¿o curioso?) es que la SEB ofreció también este verano el módulo 1 y 2... auniciando que quienes lo cursaran sólo obtendrían un reconocimiento, ya que el módulo 3 no se impartirá más. Está por demás que cada módulo se impartirá en una versión corta, ya que se reducen 10 horas y se impartirá en una semana -¿y el tiempo para realizar las actividades?
¿Cómo se llamó la obra? ¿Qué sucedió? ¿Por qué la UNAM no continuó con la capacitación de los profesores? A la fecha ya han surgido leyendas urbanas... pero son eso, leyendas. En fin, nuevamente quienes pagan son los docentes de formación básica, por lo que esta obra, por años, se llama así de simple: Formación docente.
1 comentario:
Estimado profesor: Me ha parecido muy bueno su comentario acerca de el diplomado de la RIEB, el cual supuestamente tomé. Observé que efectivamente se le quería dar seriedad, principalmente porque era obligatorio entregar los productos de trabajo. Sin embargo, lo deseable hubiera sido que lo hubieran impartido quienes lo formularon, pero finalmente terminaron dándolo el mismo personal de educación básica. Opino que desde ahí ya teniamos limitantes. Es una mala noticia que ahora que se volverá a impartir, sea de manera incompleta. Se supone que deberíamos ir para adelante y no para atrás.
Publicar un comentario