Considerando las características y necesidades de la sociedad, se requiere desde ya de una evaluación distinta; ésta se enfoca en una autoevaluación y coevaluación. Por lo tanto se debe atender en el empleo de diversos instrumentos para diseñar estrategias de evaluación que sirvan para los aprendizajes. Por ejemplo, una herramienta como la rúbrica o la lista de cotejo es muy distinta a la que se emplea en un modelo de heteroevaluación.
Se ha caracterizado que la "semana de evaluación" sea sinónimo de semanas de exámenes, porque es la única evidencia para asignar una calificación, y por obviedad los procesos se nulifican y es el resultado lo que formaliza los procesos. De ahí que, ante esta ritual semana, los docentes siempre recomienden estudiar para ellos, incluso ofrecen guías que si bien son ejercicios parecidos o iguales, les servirá para responder su examen. Tenemos que mirar a escenarios donde los exámenes sean sólo un instrumento de evaluación más para reflexionar sobre los procesos y mejorar los aprendizajes de los estudiantes.="
¡Estudien para los exámenes!
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