Un aspecto que es recurrente para retroalimentar a los futuros docentes en sus "prácticas" es la motivación. Para algunos docentes era un aspecto crucial para el éxito de tu clase; motivar a los alumnos dependería la duración del interés del alumno. Otros más lo basaban en algún recurso, enfocados en su aspecto (mientras más llamativo, más interés). Al final, la motivación es necesaria para generar aprendizajes en los alumnos, sin duda.
Al respecto, se han encontrado varios tipos tipos de motivación, las ya conocidas, la interna (interés propio) y la externa (interés generado desde afuera), o la relacionada a la autoestima o la aceptación social. La motivación representa el eje para dar paso al aprendizaje.
Sin embargo, la motivación ha sido presa de la estrategia del docente por lograr ciertos contenidos; es decir, buscamos una motivación (juego, canción, dibujo, relato, premio, reconocimiento, entre otros) que le permita al alumno por interesarse en el contenido a desarrollar; así, una
imagen genera interés para explicar el papel de la mujer en la Revolución Mexicana.
De esta manera la motivación cumple una función importante para la clase, pero la intención es explorar otros posibles efectos fuera de ella; una motivación que no se limite en "la comprensión" de un tema. Sino diseñar una motivación que logre desarrollar responsabilidad del sentido del aprendizaje en la sociedad. La motivación debe ser una constante no sólo generar interés sino generar conciencia del impacto que tendrá lo que aprendan. La motivación hacia una clase es importante, pero motivarlos para ser ciudadanos, contribuiremos a las necesidades de una sociedad democrática.
De esta manera, el desarrollar una clase rompe con el encapsulado escolar y se abre a la posibilidad de mejorar las sociedades.
¿Y tú, qué motivación desarrollas en las clases?
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