En México, gran parte del análisis político del desarrollo de la educación
en las últimas décadas -sobre todo al inicio de los noventa-, señalaba al
sindicato de maestros (SNTE) como un factor determinante hacia la erficiencia y
eficacia de lo que se quería hacer en materia educativa; aunque se sabe que en
otras latitudes latinoamericanas ocurren situaciones similares. Sin duda esta
situación incómoda no se debe a una sola persona, sino a toda una estructura,
tanto del sindicato como del gobierno y sus correspondientes relaciones o
acuerdos.
El discurso que más ocupaba ante esta situación, es la formación docente,
tanto la inicial como la continua; lograrlo, se alcanzaría eso que llaman
calidad educativa o la mejora continua de los aprendizajes de los alumnos en su
contexto. El hecho es que ser docente, en varias partes del país no dependía de
la formación, sino de compadrazgos, herencias, o de relaciones clientelares
entre líderes sindicales y autoridades.
Frente a ello, en un principio, se intentó combatir esas prácticas a través
de un examen, instrumento que al poco tiempo estaba a la venta, por lo que
muchos docentes obtenían altos puntos en carrera magisterial (una evaluación
docente de tipo horizontal); también, con la presente administración pública,
se logró como primer (y gran) paso la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación, el INEE.
En días recientes celebramos la elección de presidenta del organismo a la
Dra. Sylvia Schmelkes, ya que es parte fundamental de su discurso la formación
docente desde la escuela, y sobre todo los procesos de evaluación, los cuales,
en reiteradas ocasiones ha manifestado en que no pueden minimizarse a la
realización de un examen.
Lo cual todo indicaría que se preparan ya, indicadores de evaluación de
índole etnográficos o situacionales en donde el docente no será evaluado por un
instrumento ajeno a la realidad que vive, sino que será su par (un docente o
Asesor pedagógico) quien lo evalúe en función de su contexto.
Así se visualiza realmente un cambio educativo desde la ideología de M.
Fullan con la autonomía del INEE, pero…
Hace días, un miembro de la junta de gobierno del INEE, apegado a su honestidad,
ha señalado que se verán grandes iniciativas por parte de ellos, pero, que,
deberán esperar la ley secundaria (Ley general de educación) para ajustarlas.
Lo cual indica que a pesar de la autonomía, se seguirá atendiendo las demandas
de la política educativa, lo cual no deja de ser una limitante para las buenas
ideas de gente con suma experiencia en investigación educativa.
1 comentario:
Sí, maestro. Es una lástima que el quehacer educativo, docente o de formación, deba estar condicionado a la aprobación de quienes, finalmente, están obligados a seguir una línea política, arrastrando toda la estructura educativa hacia la incertidumbre y de nuevo a la simulación.
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