
¿Se acuerdan cuándo aprendieron a expresarse oralmente? Un componente de la asignatura del Español en Educación Básica es la expresión oral. Pero, cómo la aprendimos y en qué momento. Para muchos fue normal iniciar con miedo para hablar frente a un pequeño grupo, expresar nuestras ideas, emociones, sentimientos... Pero, ¿dónde surgió ese miedo?
Desafortunadamente, para un chico le tendré una respuesta.
Me han platicado de un pequeño de primer grado, que su vida para él desde ahorita, ha sido muy adversa: vive sólo con su madre, pero ella trabaja y se lo encarga a los abuelitos; no hay quien se haga responsable de su formación. La madre no tiene tiempo para atenderlo por lo que cree que la responsabilidad es de la escuela. En el salón, sus compañeros y compañeras se quejan de él por su conducta. No trabaja en clase y a cada rato "es regañado" por la maestra. Su higiene personal no es adecuada. Es raro, me dice mi hija, que lleve tarea alguna...
La maestra ha ordenado que los niños van a presentar una exposición o conferencia (a raíz de una convocatoria que le llegó). Nos ha informado en junta de padres de esta actividad y que iniciaríamos a los tres días con los cinco primeros alumnos de la lista de asistencia.
El día llegó, "Miguel" (para llamar al pequeño que he descrito) fue el primero en pasar, ha llevado a su abuelito (un señor de unos setenta años)quien le ayuda a colocar una lámina con el tema que va a exponer. El abuelito se sienta hasta atrás de las filas; el grupo, la maestra y los otros papás que llegamos para ayudar a nuestros hijos a exponer pusimos atención.
Miguel saca una hoja para leer (una estrategia válida para valorar la competencia lectora), la maestra de inmediato se acerca a él para quitársela y le dice que diga lo que recuerda.
Todos esperamos. Pasaron quizá dos o tres minutos. La maestra jamás lo apoyo para que él recordara lo que había escrito. Es cierto que su lámina estaba sucia (¿sabemos cómo vive Miguel?)... ¡pero lo hizo!.. Miguel había llevado a su abuelito para que lo viera exponer (o leer)... ¡era su día!
La maestra al escuchar el bullicio de los demás; le pidió que se sentara. Al abuelito le dijo que quitara su trabajo para que expusiera el siguiente compañero.
La emoción que me transmitió mi hija en su exposición, quizá era la misma ( o más) de la de Miguel. Su maestra de primer año le dió la espalda a Miguel. Después llegó un pequeño que con una habilidad de la memoria dió una ponencia interesante sobre el maíz. No entiendo cómo un niño eligiera ese tema para exponer... luego en su conferencia empleara palabaras que difícilmente comprendería un niño de esa edad. La maestra lo felicitó por su conferencia (¿o por su memoria?).
Por cierto, de los cinco chicos seleccionados, sólo tres la presentaron. durante el tiempo que estuvimos la maestra jamás hizo mención de los otros dos pequeños... pero Miguel aprendió una lección: o bien, mejor no haber llevado nada (al fin que la maestra ya estaba acostumbrada), o aprender a callar (¿y leer?)
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