
"Iba en coche con mis hijos-me platicaba una amiga- cuando me detuve en un semáforo, a pesar de que un policía de tránsito me pidió que me siguiera".
Sin darme cuenta, porque estaba pensando en un problema anterior en el trabajo, se me olvidó colocarme el cinturón de seguridad. En eso se acercó el policía y me pidió mis papeles porque no traía puesto el cinturón.
"Por seguridad, mi bolsa, estaba en la cajuela; por lo que me salí del coche abrí la cajuela, saqué mi bolsa y de inmediato me metí al coche y le enseñé mi tarjeta de circulación". "Creo que eso le molestó más ya que me siguió en todo momento".
"Todavía seguía en el carril de alta velocidad, por lo que me pidió que me orillara. Ahora sí en alto total sacó su reglamento y se disponía a leerlo cuando le dije que estaba de acuerdo en la multa. Sin ser sorpresa alguna me dijo que lo pensara ya que la multa además de implicar dinero, eran tres puntos menos de los doce que tengo antes de que me quiten la licencia. Insistió: ¿cómo nos arreglamos? Yo le pedí que me aplicara mi multa porque mis hijos tenían mucho calor y quisiera llegar a casa. Él nuevamente sacó su libreta para leer la infracción. Otra vez le dije que no había problema que estaba consciente de ello. Entonces, después de un rato de insistirme que lo mejor era arreglarnos, le dijo a su pareja: ¡Búscate otros! y entonces, me dijo: Aquí tiene sus papeles, por esta vez se la voy a perdonar porque usted al aceptar que había cometido una infracción es una ciudadana ejemplar."
1 comentario:
algunas historias parecidas ya las he escuchado, pero en todo tlalnepantla una vez conoci a un policia que fue honrado que cumplio con su función tal como debe de ser y no a través de la estorción.
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