¿Y ellos están al frente de la educación?

A raíz de que el secretario de educación en México, informó que se gratificará a docentes de educación pública de acuerdo al resultado de sus alumnos en las pruebas de ENLACE (prueba interna). Han surgido diversos comentarios. Uno me ha llamado la atención. Éste viene de una autoridad educativa estatal: Florentino Castro L., Secretario de Educación Pública y Cultura; él mencionaba que la propuesta es bien recibida porque ahora sí se iba a premiar a los docentes que daban resultados, y agregó:
"Hasta ahora los profesores se les estimulaba por el número de cursos que tomaban, porque eso es lo que señala la carrera magisterial, este es el principio de ir cambiando hacia un sistema donde estimules al maestro por resultado en el grupo".
Por supuesto que el mecanismo de Carrera Magisterial es muy discutible; pero de ahí a que no lo conozcan nuestras autoridades y, a pesar de ello, se atrevan a hacer comentarios… Espero que alguien le comente a esta autoridad los factores que se consideran para evaluar a los docentes en la carrera magisterial.

Al respecto, el maestro Santos Guerra en su blog, retoma el libro de Anthony Wenston, titulado “Las claves de la argumentación”. En uno de los capítulos del libro -agrega- "... está dedicado a los argumentos de autoridad. “A menudo tenemos que confiar en otros para informarnos y para que nos digan lo que no podemos saber por nosotros mismos…. Sin embargo, confiar en otros –dice Wenston- resulta, en ocasiones arriesgado”.

Cierro con otra anécdota...

Hace años a punto de salir a una entrevista televisiva, le preguntaron al señor que se encontraba sentado a mi lado sí sabía sobre la política educativa actual; el contestó que no. Entonces le dijeron que no se preocupara, que ellos ya lo habían investigado y empezaron a decirle la política educativa del nivel básico según la Secretaría de Educación Pública (Ministerio en Educación, en otros países). Poco después, durante la entrevista, al señor le cuestionaron sobre la política educativa y el señor empezó a decir palabra por palabra de lo que antes le habían dicho.

En verdad, estaba asombrado por su impecable memoria. Sin embargo, ese señor que no sabía la política educativa de ese entonces, era el Secretario de Educación Pública.